O testemunho de Bárbara Solórzano
Desde hace 4 años pasamos unos días en Zmar, en unas casitas de madera preciosas con vistas al monte. Un lugar sencillo, sin ningún tipo de lujo pero donde los niños sienten la naturaleza.
Un plan muy de família.


Por las manãnas los niños van al Kidz donde cada día tienen una actividad desde manualidades hasta visitar la granja. Se hacen autónomos ya que es un recinto cerrado donde pueden ir a sus anchas.
En ese rato nosotros aprovechamos para correr, leer, nadar o dedicarnos un poco de tiempo.